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Las nuevas tecnologías facilitan la vida de los usuarios, de eso no tenemos ninguna duda. Sin embargo, en ocasiones no somos conscientes de hasta qué punto pueden llegar a ayudarnos a controlar el consumo y consiguiente gasto en el hogar. Uno de los ejemplos más claros los tenemos en la domótica. 

Y es que a través de pequeños aparatos, tanto en lo que respecta a su tamaño como a su peso, esta tecnología aplicada al ámbito de la vivienda genera espacios inteligentes que ahorran energía. Para utilizarla no hace falta tener conocimientos precios en torno a kilovatios, por lo que cualquier propietario puede tener el control sobre su gasto en materia de calefacción y electricidad.

Esta vía alternativa tiene en el emprendimiento español uno de sus principales exponentes. Así, en la actualidad contamos con MyCactus, un producto fabricado a base de esta tecnología por la compañía Cactus Smart Home. El dispositivo en sí está lleno de sorpresas. Comenzando por su capacidad para programar automática y continuamente los espacios de consumo de un hogar.

De la misma manera, es capaz de aprender los hábitos de los dueños de la vivienda, tomar decisiones autónomamente -a través de la adquisición de datos por la nube-, detectar rutinas y hacer recomendaciones. De hecho, hablamos de una iniciativa pionera en lo que respecta a su compatibilidad con el nuevo sistema tarifario en materia de electricidad implantado recientemente por el gobierno.

Y es que MyCactus controla las tarifas de manera diaria, por tramos horarios. De esta manera, es capaz de recomendar instantáneamente el uso de los electrodomésticos de cada vivienda, señalando cuáles son los momentos de menor coste. En lo que respecta a su funcionamiento, este es sencillo: no requiere de cables ni que la vivienda cuente con un sistema de preinsalación domótica.

En este sentido, nos encontramos cada vez más cerca de iniciar la carrera por generar casas inteligentes. De hecho, sólo en 2013 existían más de 17 millones de estos dispositivos inalámbricos en las casas y se espera que en 2018 esta cifra trepe hasta los 500 millones. Aunque en España se trata de un sector muy vinculado a la construcción, cada vez son más los proyectos vinculados en torno al ahorro y la eficiencia energética.

El tiempo dirá si este tipo de iniciativas terminan cuajando en las economías domésticas de nuestro país. Desde luego, las ventajas de estos aparatos están claramente cuantificadas y probadas.