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Si vivir en la más absoluta soledad te produce un sentimiento de tristeza y quieres aventurarte a vivir con otra persona o grupo de personas, aquí te damos unos cuantos consejos para que consigas una buena convivencia.

Vale, ya has sabido elegir el piso compartido en el que vas a vivir. Y ahora puede que te pasen dos cosas: que la convivencia vaya bien o que vaya mal, independientemente de si conoces a la persona o no (aunque es más fácil de que vaya bien si la conoces, claro). Tanto si se convierte en algo positivo, pues hay que seguir manteniendo esa buena convivencia, como en algo negativo donde haya que trabajar para mejorar, te recomendamos que todos los miembros del hogar sigan estos consejos.

Fomenta la comunicación de una forma adecuada

Si no hay comunicación, surgen los conflictos. Debemos ser claros, escuchar al otro, tener en cuenta sus gustos y necesidades. Si enfocamos la comunicación en desarrollar la empatía, conseguiremos que tanto nosotros mismos como nuestros compañeros nos sintamos más a gusto y con libertad de expresar nuestros sentimientos y preferencias, pues sabremos que nos vamos a sentir apoyados y comprendidos.

Expresa las emociones

Guardárselo todo para uno mismo no suele atraer consecuencias positivas. Es recomendable compartir los sentimientos que van surgiendo, solo así la otra persona conocerá lo que nos sucede y nos ayudará a encontrar una solución. Lo importante es crear un ambiente de confianza, sin mentir u ocultar, para facilitar y preservar los vínculos.

Utiliza el sentido del humor

Reírse es la mejor terapia, aunque suene un poco cursi. El humor y las bromas promueven un clima positivo, aunque también hay que saber a quién se las hacemos y cómo las hacemos. No a todos nos gustan las mismas bromas, aunque debemos tomárnoslas con humor y no demasiado a pecho.

Respeta el espacio de cada uno

No hay que llevar la convivencia a los extremos y pasar con una o varias personas las 24 horas del día los 365 días del año. Cada persona necesita sentir que tiene un espacio propio, un entorno donde desenvolverse solo, por lo que lo mejor es no invadir el espacio personal de cada uno, dándole intimidad. Pero igual de importante es pasar tiempo juntos en casa y construir momentos únicos con esa persona o grupo.

Distribuye bien las tareas del hogar

Nombrad las tareas que hay que realizar y reuníos para repartir dichas tareas de la manera más justa y responsable. Así evitaremos que uno cargue con todo y finalmente termine explotando por la cantidad de trabajo. Es recomendable tener en cuenta los horarios de cada uno, mantener una actitud responsable para garantizar el bienestar común y que las tareas se vayan rotando si no se llega a un acuerdo de preferencias.

No juzgues o etiquetes

Cada persona es como es, y a lo mejor está trabajando en su desarrollo personal para intentar ser la mejor versión de sí mismo. Todos pasamos por circunstancias y tenemos motivos que determinan nuestros pensamientos o acciones, por lo que juzgar los comportamientos en un momento concreto y generalizarnos no es la mejor opción. Hay que tratar de entender las razones que le han llevado a hacer o actuar de determinada manera y acompañarle en el proceso.

Evita las comparaciones

Todos somos diferentes, con lo bueno o con lo malo, todos tenemos distintas cosas que se nos dan mejor o peor. Por lo que las comparaciones solo tienden a generar inseguridad o malestar.

Con estas recomendaciones esperamos que puedas lograr una buena convivencia y disfrutes de la experiencia. ¡Mucha suerte con esta etapa!

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