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El sector de la vivienda representa, en la actualidad, un 12,3 por ciento del PIB de la economía española. Son cinco puntos menos que cuando se inició la crisis económica y al descenso del peso en la economía global del país se suman los cambios sufridos por otras variables. Una de las más significativas es el perfil del comprador de vivienda que hoy en día existe en España. 

Así, según la mayor parte de los expertos los fondos, las sociedades y los ahorradores extranjeros son los colectivos que están impulsando el sector español de la vivienda, pues es significativo que dos de cada tres inmuebles adquiridos sólo el pasado mes de julio se llevasen a cabo mediante pagos al contado.

En este sentido, la caída del precio de la vivienda -que se estima en una media del 48 por ciento en el Mediterráneo, un 45 por ciento en las grandes ciudades y un 40 por ciento en las áreas metropolitanas, según Tinsa- ha facilitado que sean estos grupos y no los ahorradores españoles los que adquieran vivienda en nuestro país.

De hecho, los indicadores sugieren un cambio en las expectativas de los inversores, pues entre el 20 y el 25 por ciento de las compras se llevan a cabo entre grandes inversores. Pero esta categoría de compradores, ¿es homogénea? En absoluto, en España vuelve a tomar protagonismo el clásico inversor español que compra pisos con intención de ponerlos en alquiler. De mediana edad y poder adquisitivo no dañado por la crisis, durante este periodo optó por adquirir depósitos.

En paralelo, aproximadamente el 18 por ciento de las ventas materializadas en España están ocupadas por particulares extranjeros. Estos han llevado a cabo sus operaciones inmobiliarias principalmente en la costa, aprovechándose de la caída del precio de la vivienda en estos lugares, tanto de la vivienda nueva como de inmuebles de segunda mano.

De la misma manera, es necesario añadir un 20 por ciento más a los compradores que forman parte de sociedades extranjeras inmobiliarias, los cuales adquieren inmuebles de diversa índole.

Con este panorama, los integrantes del sector solicitan incentivos para los compradores tradicionales, comenzando por la mejora del crédito a estos, a pesar de que aun no se atisban mejoras en lo que respecta a este indicador. De hecho, los datos afirman lo contrario. Y es que según el INE las hipotecas firmadas en nuestro país caen mes a mes, a pesar de ligeros repuntes puntuales.

Así, entre sociedades inversoras, inversores españoles tradicionales y ahorradores extranjeros, el mapa del comprador de vivienda ha cambiado con respecto al que se reproducía en la España de antes de la crisis. ¿Se volverá a la antigua situación?