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Cine, literatura, arte. Da lo mismo la disciplina artística, desde Estados Unidos siempre nos han impregnado de una modalidad particular de residencia, asociada a viviendas de grandes dimensiones: cómodas, confortables, en las que se respira bienestar. ¿Es ello cierto?

Si por las últimas tendencias se tratase, estaríamos ante una respuesta totalmente negativa. Más si tenemos en cuenta los datos que nos proporciona las agencias inmobiliarias de este país desde que estallase la última burbuja inmobiliaria, en septiembre de 2008.

Así, las viviendas pequeñas en este país de grandes proporciones se han vuelto cada vez más populares. A ellas van unidas una serie de ventajas, entre las que la independencia financiera, la flexibilidad y los menores costes de mantenimiento la convierten en una opción muy atractiva para todos aquellos que no quieran atarse a una hipoteca.

Pero, a nivel cuantitativo, ¿Estamos hablando de una moda pasajera o de un fenómeno de gran duración? Por los datos que recoge la empresa Bloomberg, la situación se aproxima a la segunda opción. De hecho, las casas pequeñas –aquellas que se definen por contar con una superficie de menos de 46 metros cuadrados- ganan adeptos día a día.

Entre las distintas modalidades de esta particular forma de residencia destacan las cabañas, pisos sobre ruedas o incluso construcciones de último diseño. Así, la moda va camino a convertirse en un fenómeno duradero si atendemos a datos concretos, tales como el incremento de las ventas de casas prefabricadas así como el aumento de tráfico de los portales especializados en este tipo de viviendas.

Sus condiciones de acceso son los beneficios y ventajas que más fomentan que los estadounidenses se decanten por estas residencias de pequeñas proporciones. Una decisión que no es de extrañar dada la tendencia a mantenerse cauta de esta población, sobre todo a la hora de contratar una hipoteca.

Sin embargo, aunque se trate de una cuestión incipiente, el número de casas de pequeño tamaño en EEUU aún sigue siendo pequeño. Datos oficiales de la industria señalan que la venta de viviendas de esto tipo se cuentan por miles. Asimismo, el tamaño medio de las viviendas de obra nueva es el de mayor de la historia, con una media de 220 metros cuadrados.

Ahora bien, en EEUU cada vez hay menos propietarios. Un dato significativo si además tenemos en cuenta la tendencia por las casas de tamaño reducido, que por otro lado, siempre han existido. De hecho, estas construcciones no siempre se han considerado pequeñas. Y es que en la década de los 50 el tamaño medio del hogar era de 90 metros cuadrados, menos del doble de lo que hoy se considera una vivienda pequeña.

Las inmobiliarias del país señalan que esta inclinación es un retroceso a principios del siglo XX, cuando las casas preparadas para ser construidas por los propios compradores fueron un éxito de la cadena de almacenes Sears. Sea como sea, el tiempo dirá si finalmente estas construcciones poblarán el gran mapa estadounidense.