Centro Comercial Inmobiliario

El sector inmobiliario español es una de las actividades que mayor interés registra en el inversor extranjero. De hecho, según datos del Ministerio de Vivienda el sector inmobiliario concentró un flujo inversor en 2013 de casi 2.000 millones de euros, convirtiéndose en uno de los que mayor capacidad de atracción tienen para el inversor foráneo.

El alto índice de stock, la calidad de las viviendas, los precios competitivos, las condiciones climáticas…Todos estos indicadores son factores que mueven a los inversores extranjeros a confiar en la vivienda española cada año en gran medida. En paralelo, la crisis y el estallido de la burbuja inmobiliaria han fomentado esta situación, que parece no tener horizonte de discontinuidad.

Así, no es de extrañar que grandes inversores procedentes fundamentalmente del mercado estadounidense o del sureste asiático sean los que más han apostado por el sector inmobiliario español. No obstante, existen datos llamativos en torno a la procedencia de los inversores foráneos en nuestro país, siendo los belgas uno de los más significativos.

De hecho, la población de este país invirtió en España en 2013 de manera considerable, ya que sólo en dichos doce meses adquirieron más de 3.800 inmuebles. Son datos del diario flamenco De Tijd, que además sostiene que el número de viviendas adquiridas por esta población se ha multiplicado por cinco en los últimos seis años, coincidiendo con los años de la crisis en España.

Del mismo modo, Bélgica se ha convertido en el país que según su número de habitantes, más ha invertido en el sector inmobiliario español –este territorio, altamente afectado por conflictos socio políticos y de identidad, cuenta con apenas diez millones de ciudadanos censados-.

De esta manera, el pasado año fueron casi 3.000 los belgas que compraron una segunda residencia en nuestro país, cifra que se ha multiplicado por siete desde el inicio de la crisis, siendo la Costa Brava el lugar elegido por este inversor para adquirir una residencia.

Pero los inversores belgas no solo han adquirido segundas residencias, como muchos lectores pueden pensar. También la compra de pisos y de vivienda destinada a residencia fija ha aumentado. De hecho, esta cifra se ha triplicado desde 2008 a 2013, alcanzando las 971 viviendas. Una situación que según refleja la prensa belga se debe a la caída de los precios del sector inmobiliario español.
Sin embargo, estos datos sostienen las afirmaciones que realizábamos en los primeros párrafos, cuando reflexionábamos en torno al atractivo del mercado inmobiliario español para el inversor extranjero. Una situación que fomenta la salida de la crisis de la vivienda en España y, a su vez, de la economía de nuestro país.